martes, 12 de enero de 2016

Viviendo un evento

Lo más impactante es ver tantas sonrisas juntas en unos cuantos momentos. De pronto vez que se acercan los participantes del evento, unos segundos antes te aseguraste que esté completo el material de apoyo, las mesas, las sillas, los manteles, que funcionen correctamente la computadora, el sonido, el proyector; revisas que el café este caliente y el pan y las galletas perfectamente acomodadas, el staff de apoyo capacitado y listo para iniciar la experiencia.

Enfocas las caras que ya están más cerca de ti, te das cuenta y escuchas que la felicidad inicial es que tendrán un día de descanso, los invitas a tomar asiento y a colocar su etiqueta con su nombre, si da tiempo te presentas.

Inicias las actividades, estas al pendiente de los detalles como el aire acondicionado, las personas que llegaron tarde, los chicos de staff al pendiente de atender a nuestros invitados, y en eso, la computadora se apagó y ahora no habrá presentación. El expositor se ríe y comenta que ya le había aburrido la diapositiva y la verdad quería hacer una actividad de estiramiento, conservamos la calma, uno de los chicos tarda unos minutos y compone la computadora, mientras se hizo una lluvia de ideas e interacción en el grupo que hizo parecer que todo fue actuado.

Continúas observando y empiezas a ver que el público empieza a tener energía que opina, participa, se emociona. Te das cuenta que en unos minutos se termina el evento revisas todo, ya están los regalos, los diplomas, la presentación final lista, llegaron los directores para las últimas palabras. Empieza el cierre de la tarde y te das cuenta que en todas esas caras está pintada una sonrisa.

Lo importante es permitirnos tener experiencias que dejen huella para siempre, vivir momentos inolvidables y especiales, dónde pueda descubrir que tengo otras habilidades y que en las debilidades puedo trabajar para mejorarlas.

LiliRodríguez / 09Nov-15 

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