Con el tiempo he aprendido que se puede siempre tomar el
camino fácil, pero si quieres aprender y crecer debes tomar el que te hace
sentir incómodo, dicho en otras palabras, el que te hace temblar de pies a
cabeza, ese miedo que nace cuando te lanzas a lo desconocido. En los primeros
meses del año fueron de mucho trabajo, de mucha presión tanto en mi trabajo
como en mi vida personal, recordaré que trabajo con mi hermana, por tanto
también, de miedo hasta de romper algún lazo familiar, pero lo más fácil es abortar
la misión, que he de confesar que si lo pensé, y en esos momentos de intensidad
sólo pensaba en esta que es una de mis frases favoritas: “Cuando estés triste
sonríe, lo más fácil es llorar.” (Modifiqué un poco la frase de Marilyn
Monroe).
Afortunadamente se empezaron a alinear las cosas, y pasamos
al otro lado de la historia, ¿no les ha pasado que a veces lo que deseas se
cumple? Bueno, pues si hubiera deseado descansar y no tener trabajo juro que me
hubiera salido, llegaron momentos complicados, momentos de incertidumbre,
momentos para hacer los pendientes postergados, momentos de pensar, momentos de
analizarnos internamente, momentos de pausa, momentos de soledad, en fin, muchos
muchos momentos.
Después de unos días de no comprender qué es lo que sucede,
de enfrentar una situación que aún no tiene solución, de enfrentarte a tus
peores y propios miedos, me llega sólo un pensamiento a la mente, se siente
como si hubiéramos cometido un crimen, me refiero a que estamos encerrados para
cuidarnos dejando nuestra libertad a un lado. Ahora me surge otro pensamiento,
si hay algo que siempre he repudiado es que me digan qué hacer, y no me refiero
en el trabajo a las actividades y responsabilidades de tu puesto, no, me
refiero a tomar decisiones, a la libertad de querer, platicar, salir, hacer de
tu vida lo que te plazca, que si quieres comprar, compras, que si quieres
viajar, viajas, que si quieres dedicarte a tu familia, lo haces. ¡Dios mío!, me
doy cuenta que he perdido esa libertad, que en estos 65 días que decidí tomar
todas las precauciones extremas, decidí apoyar y ser parte del mundo entero que
deseamos y luchamos día con día contra esta incertidumbre, contra este temor,
contra esta angustia, decidí que aunque a veces no es tan natural o fácil debo
sonreír por todos ellos y por mí.
Aclaremos un poco esto, por definición incertidumbre es la
falta de seguridad, de confianza y de razón hacia algo o alguna situación, ya
sea social, económica o política, que al ser desconocido genera confusión,
estrés, ansiedad y miedo; por otro lado, la libertad es la capacidad humana de
elegir responsablemente la forma de actuar ante la sociedad. Entonces, esperen
tantito, realmente NO perdía mi libertad, al contrario, decidí ser responsable
y quedarme en casa por un bien común. Creo que se empiezan a aclarar mis ideas,
decidí vivir el momento de incertidumbre en forma libre y responsable siempre
con una sonrisa, aunque algunas veces se humedecen un poco mis mejillas.
Muchos han descansado, algunos hemos tenido que duplicar las
horas de esfuerzo sin ver todavía la recompensa clara, algunos viven en la
negación de la realidad, otros han tenido que arriesgarse por el amor a su
profesión, otros ya no podrán contar esta historia, otros han tenido que
aprender a convivir, otros solo han visto pasar lentamente los minutos, otros
se han aprovechado de la situación de tragedia para su propio bien, otros han
aprendido a mejorar de alguna forma su vida, otros han tenido que aprender
nuevas habilidades para sobrevivir y algunos más, han encontrado la fe que
habían perdido en Dios, en la familia, en los amigos, en la gente.
Entonces es cuando concluyo, por más que haya tristeza, por
más que las lágrimas se acumulen en los ojos, por más desesperanza que haya en el
mundo, el pensar que si amas lo que haces, encontrarás el camino y la forma de
volver a hacer momentos únicos, que si haces algo de corazón, serás
recompensado de alguna u otra forma, que si ayudas ayudando y sumas esfuerzos
realmente convencido empezaremos juntos a ver la luz al final del túnel, para
salir a esta nueva transformación para adaptarnos, reinventarnos y seguir
adelante, pero eso sí, siempre pero siempre, con el cuello en alto y una
sonrisa en la cara. ¡Ánimo!
LiliRodríguez
/ 15MAY-20